Después de llorar tanto,
después de tanto llorar,
quise escapar del quebranto
y correr hacia el encuentro
de aquellos años de paz.
No tenía la conciencia
que es una ingenuidad,
un error, una ignorancia,
pretender volver atrás.
Es la vida que tenemos
y no la podemos cambiar.
Por eso sigo adelante
burlando todos los miedos,
sin olvidar ni un instante
esos guijarros del suelo
que me hacen tropezar.
Es la vida que tenemos
y no la podemos cambiar.