8 de enero de 2014 13:24 |
En mi pecho hay un abeto
con el tronco retorcido
y la corteza reseca;
pero aún se mantiene erguido
anclado con fuerza a la tierra
y buscando en el cielo caminos.
Y aunque las ilusiones
como aves migratorias
dejaron los nidos vacíos;
han vuelto con el frío
susurros desde el olvido
para anidar en sus ramas
y abrigarme con sus trinos.