Para " achicar " mis penas. *

Cuando se inunda mi casa
y me ahogo en la tristeza,
abro todas las puertas
de par en par para que entres;

por si entre los dos podemos
achicar todas mis penas.

 Pero cuando sale el sol
y mis flores se engalanan
con sus pétalos más bellos,

entonces ya no necesito nada
y soy feliz con lo que tengo.

Aunque al hacer el recuento,
en el balance de mi vida,

del lado que pongo los sueños,
siempre me falta una estrella.

Yo sé por que te escondes. **

No sé en que cielo te encuentras,
ni cuales son tus misteriosas razones.

Das vida eterna a los mares
y voz clara y limpia a las fuentes.
Rayos de luz a los días
y sueños de luna a la noche.

Y a mí que tengo el pensamiento
solo me has dado el llanto
y estas ansias de encontrarte.

Aunque me ha costado milenios,
he leído hoja a hoja tu " Diario "
y he visto lo que has hecho
con los ojos de los niños que lloran,
con los de los hombres que sufren,
y con los del hambre y con los del frío
y ahora sé por que te escondes.

Vendrán nuevos tiempos
y a un año le seguirá otro año
y a un siglo le seguirán muchos siglos
y tu serás siempre el mismo
y nosotros con rostros distintos
seguiremos siendo iguales;

pero quiero que sepas
que aunque sigas escondido
en ese cielo donde vives,
esta marioneta que tu creaste
se ha soltado de los hilos;
y te está buscando.

El niño que nació poeta. **

El niño que nació poeta
creía que la brisa era el suspiro
que a las ninfas el amor arranca
de sus pechitos de escamas,
cuando la luna, coqueta,
se balancea en el agua.

Que las luces que en la noche
al mirarlas centellean
y las gotas de rocío derramadas
en los valles y praderas,
no eran sino el llanto de las flores
que al pasar la primavera
se marchitan de tristeza.

El niño que nació poeta
se enamoró de una estrella
que inventó en su fantasía
y soñó que era un lucero.

Para estar cerca de ella,
con sus versos y poemas
hizo una casa en el cielo
y otra, donde vive su recuerdo,
la construyó de piedra,
en un rincón de su memoria.