Fue una noche de verano
cuando lloraron los cielos
por tener un angel menos;
pero su llanto fue en vano.
La niña se hizo mujer
y un manantial de amargura
regó los campos de hiel
de su alma de muchacho.
Y aunque la vida pasó
con días de lluvia y de sol
y todo volvió a florecer;
aún vaga por las noches,
aquella lágrima perdida
que la niña le arrancó..
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