Porque el cielo no es un sitio
ni es un lugar el infierno;
no hay senderos ni camimos
para llegar hasta ellos.
A ese cielo que pretendes
llegarás si apuestas fuerte
al amor; sentimiento
que solo la vida ofrece.
El infierno es un incendio
que atizamos con el odio
y arrasa todo lo bueno;
pero su llama se apaga
para consuelo del necio,
cuando el buen sepulturero
da la última paletada.
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