sábado, 18 de junio de 2016

Dime por qué...

En estas noches del estío
presiento absorto la mirada
de aquella luna tan blanca
que rielaba por los cielos
encantados de mi infancia;
y aún me arranca algún suspiro
y aún me arranca alguna lágrima.
Por eso, como el niño al que imponen un castigo
sin tener culpa de nada,
le pregunto muy bajitoa mi almohada:
¿ Por qué, por qué, dime por qué
estos sueños tan bonitos
me dejan tan triste el alma ?.

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