sábado, 31 de octubre de 2020

LA PARADA.

 Era de noche aquel día
cuando tendido en el lecho
mi corazón en el pecho
sin cita previa tenía
la visita inoportuna
de aquella dama siniestra.
Sin mediar palabra alguna,
tan solo por cortesía,
se paró mi corazón;
sabía lo que quería:
Las sonrisas de mis labios,
de mis manos,sus caricias,
mi presente,mi futuro, mi pasado;
todo, todo lo que tenía;
y todo a cambio de nada.
Pero saltaron alarmas
y batas verdes y blancas
acudieron en mi ayuda
y derrochando empatía
con pericia y con premura
la sacaron de mi vida.






No hay comentarios:

Publicar un comentario