miércoles, 17 de julio de 2013

Tus ojos.

Si cuando estamos juntos
se te escapa algún suspiro;
y una lágrima se enreda en tus pestañas,
aunque no sepas por qué;
si no te escribo
y en lugar de un verso
te susurro al oído
dulces palabras de amor
y acompaso mi latido con el tuyo,
no culpes a mi musa,
ni tampoco a mi bolígrafo.
Son tus  ojos,
esmeraldas salpicadas de rocío los culpables;
y no ellos, ni yo.

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