¡ Que hace ese niño dormido en la acera
con la escudilla vacía
y llena de moscas hambrientas
su carita de cera !
¿ Que hace tan solo,
será que nadie le espera ?
¿ Y que buscan las moscas ?
¿ Será que presienten
que el niño sueña con ricos manjares
y aguardan golosas ?
¡ Que pena más grande de niño
y qué tontas las moscas !
Son esas cosas terribles
que vemos todos los días
y no nos asombran.
Yo siento verguenza infinita
y una tristeza muy honda;
porque no hago nada,
porque tengo una casa
y porque tengo comida de sobra.
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