martes, 26 de abril de 2016

POESIA AL ANOCHECER.

El tiempo pasaba inexorablemente
y día tras día se acercaba la vejez.
Los recuerdos más queridos
de su juventud y de su niñez
y las quejas y los quebrantos
que el olvido se llevó,
ahora volvían en tropel
y llenaban sus versos de llanto;
y aquel hombre de cabellos blancos
quiso ser niño otra vez;
y en su cuaderno brotaron rosas
y toda su vida en prosa
se volvió poesía al anochecer.

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