VIVIRÉ. A MIS HIJOS.---
Para que no se enteren
de que me he marchado,
seré el sol que les calienta
cada día;
y estaré escondido
en sus sueños olvidados
y en sus miradas perdidas.
Estaré tan lejos....
Y cuando piensen en mí,
seré su sonrisa
o la sal de sus lágrimas.
Seré la mano que acaricia,
o el leve chasquido
que se escucha
cuando se rompe un beso.
Estaré tan cerca...
Seré su arado
y seré su azada.
Seré silencio,
o seré palabra.
¡ Si yo pudiera !
Para que no se enteren
de que me he marchado,
lo sería todo;
o no sería nada.
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