A veces, sólo a veces,
después de haber andado tanto,
me detengo
y miro hacia el camino andado.
Atrás iban quedando
mis campos sembrados,
mis sueños perdidos,
mis padres,
mi hermano, mi amigo.
Y mientras tanto,
voy engañando a la vida
entre recuerdos y olvidos;
un día y otro día,
un año y otro año.
Otras veces
grito al cielo y le pregunto:
¿ Para qué nos vale
haber querido tanto ?
¿Y haber llorado,
vale acaso para algo ?
Pero siempre,
mientras haya camino
seguiré caminando
buscando desesperadamente
dónde aferrar las manos;
y dejando en cada tramo
piedrecillas de esperanza;
por si acaso, algún día
tengo que volver sobre mis pasos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario