sábado, 29 de junio de 2013

Maestro. **


En esta noche del estío
he retomado Basilio
la lectura de tu libro
 

y cegado por sus destellos
solo veo el azul inmenso
y tus versos increibles
brillando como luceros.
 

Necesito un lazarillo.
 

Dime amigo:
¿ Quieres ser el cirineo
de mis sueños imposibles ?
 

Tú que guardas el secreto
de las cristalizaciones;
separa en mí los anhelos
de los cantos de sirena
que me alejan del Olimpo.

Si me dejas una estrella,
yo construiré un cielo entero;
y volverán las primaveras
y volverán a ponerse blancos
los cerezos.

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