Hace algunos años, quizá por la proximidad de la vejez y todo lo que eso entraña, se produjo
en mí un sentimiento nuevo; fue como la necesidad de aferrarme a la vida; pero la vida iba pasan-
do tan deprisa que no podía hacer nada para atraparla y detenerla. Cuando era
joven muchas veces me decía; " Yo seré eterno ", siempre en broma, porque veía la muerte tan lejana
que aquellas palabras las percibía como una realidad; ahora, con setenta y nueve años me doy cuenta
de la ilusión de mi percepción, ahora veo la realidad con los ojos cansados, pero con la mirada más nítida. Como no puedo detener el tiempo, he optado por rebobinarlo y en mi fantasía pasarlo una y otra vez a través de mis poemas, llenos de nostalgias. En ellos os hablo de mi mundo cercano, de mis recuerdos, de mis pensamientos, de mis anhelos, en fin, de un poco de mi vida y a veces tal vez de la vuestra. Se que en el fondo hay un afán de perduración, un deseo de trascendencia, aunque solo sea en este entorno tan pequeño, como el de mi mujer, mis hijos y vosotros.
Os dejo estos versos con todo mi cariño, espero que los disfrutéis y que muchas cosas que en ellos expreso las hagais vuestras.
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