lunes, 21 de julio de 2014

A ti.

 A tí,
que no sabes lo que es el miedo
de enfrentarse con la nada
y vivir sin la esperanza
de que te broten las alas
para volar hasta el cielo....

Atí,
que construiste tu arca
con madera de una cruz;
y con espinas y clavos
has fabricado tus lanzas....

A tí, amigo te digo
que también tuve una casa
con una ventana muy alta
y veía hermosos prados;

pero un viento uracanado
de un portazo cerró los postigos
y derribó todos los muros
que construí cuando niño;

y ahora me encuentro perdido,
sin casa y desarraigado,
buscando cual vagabundo
un sueño que me de cobijo.

A ti también quiero decirte
que por mirar desde otro lado,
tu esperas la recompensa
del Paraíso soñado;

y yo, por pensar de otra manera
al morir tan solo espero,
en la tierra un agujero
o en el camposanto un nicho.

Pero llegado el día postrero
de corazón te deseo
que te pasees por tus prados;
y aves de mil colores
levanten el vuelo a tu paso;

y seas tú o yo el equivocado,
quiero que sepas, amigo,
porque igualmente te aprecio;
que siempre tendrás mi mano.






























































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