Si sientes
sobre tu espalda
como una losa
lo injusto
y nada ni nadie
te impida
tender la mano;
o alzar el puño...
Aunque no tengas
un credo,
ni lucero que te guíe,
ni bandera,
ni terruño...
Cuando las fuerzas
te falten
y termine tu camino.
Adas y duendes
saldrán de los cuentos
y con palas y picos
escarbarán en tus sueños
para llevarte en volandas
a un cielo distinto.
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