Ayer te estuve esperando
con el corazón maltrecho
para contarte mis cuitas,
y mi pluma y mi cuartilla
esperaron tu regreso
como esperan los barbechos
al arado y las semillas.
Como la noche espera
que traiga la luz el día;
y como esperan las flores
para lucir sus colores;
que vuelva la primavera.
Así te estuve esperando
pero faltaste a la cita;
y mis versos ¡ Ay mis versos !
ávidos de contar mis penas,
a falta de luz y color;
sin tu mágica presencia,
nacieron en mi poesía
sin alma y sin aroma
y fueron como mala hierba
en tiempo de sementera.
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