El atardecer conserva su flama
los tonos rojos,violetas, dorados,
cincelan el cielo aturquesado
y una tenue brisa se cimbrea
entre la oscuridad y su letargo.
Sube la marea con su espuma
borracha de movimiento y olas
que serpentean calando arena,
salpicando sombrillas rezagadas
y oliendo a sonar de caracolas.
lenta se va la tarde con su embrujo,
se regocija el ser con suave calma,
atrás queda el rubor y su bochorno,
el caminar descalzo por la orilla...
Las emociones aguantan hasta el alba.
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