A un
niño
se le
duerme
con
una nana
¡ Duérmete
corazón
de la mañana !
Y el niño
de la cuna
la luna
alcanza;
mi luna
era
un quirófano
tú
eras
mi
nana,
yo,
de niña
tenía,
tan
solo
el alma
pero
tu bata
verde,
tus manos
blancas,
me alcanzaron
la luna
mientras
soñaba;
y un cachete
en
la cara
me despertaba;
solo
vi tu
sonrisa
y
mi esperanza.
Esto es poesía; hemana.
ResponderEliminarTu hermano, el aprendiz de poeta.