No me pidas que te diga
que eres humo enamorado,
o flor de acuarela
en mi nostalgia prendida,
o sirena que llega hasta mi orilla
y después se aleja en la bruma
de mis sueños de poeta.
No me pidas esas cosas,
porque tu eres fuego,
mujer y eres rosa;
que me enciende, me enamora
y me llena de perfumes.
Pero cuando sueñas y suspiras;
cuando quieres volar pero no puedes
y te hundes en la tierra que laboras;
cuando quieres reir, y no sabes
por qué una lágrima te asoma;
aunque yo no te lo diga,
eres la mariposa más linda
que aletea en mis cristales;
y como mi padre a mi madre le decía,
si te digo
que como a una diosa
te he subido a mis altares.
Uno sale de Cáceres unos dias y se encuentra con esto. Que pasada¡¡¡¡¡
ResponderEliminarJavi Romo